martes, 2 de junio de 2015

Desde muy pequeños.

Esta mañana me he encontrado con una escena de un niño llorando, bueno, mas bien gritando, desgañitándose por lo que parecía una protesta por ir a un sitio que no quería, seguramente la guardería. Esto me ha hecho reflexionar sobre lo pronto que empiezan ha obligarnos a hacer cosas que no queremos.

El padre, bien vestido para ir a trabajar, parecía avergonzado por la escena, haciéndose cruces por la mala suerte de tener a un hijo tan rebelde, seguramente pensando en que es necesario que el niño aprenda, ya desde muy pequeño, a que en esta vida tenemos que hacer cosas que no nos gustan porque es nuestra obligación.

Y así, desde bien pequeños, nos enseñan a que nuestro criterio sobre lo que es correcto o no, no sirve de nada, desde la infancia ya empiezan a robarnos nuestros sueños y a convertirnos en una pieza mas de la maquinaria social.

El criterio del niño se desecha por completo, lo que el quiera o no quiera hacer no tiene relevancia ni atendemos a sus motivos.

Lo único que queremos es deshacernos del crío lo antes posible, para que pase el bochorno y poder irnos a trabajar sin preocuparnos por los deseos y anhelos de nuestro hijo, porque así lo hemos dictaminado, porque nadie nos va ha reprochar por ello porque es políticamente correcto a los ojos de este mundo que nos hemos inventado.

Un mundo que es un ego en si mismo, un ego segador de libertad y felicidad.

lunes, 9 de febrero de 2015

El mundo de la percepción

El universo es como es, con sus reglas inquebrantables, reglas que siguen los astros y las partículas, mas hay otro universo, el universo de la percepción humana, que es solo un juego de probabilidades que se producen en el cerebro, un mecanismo cuántico de interpretaciones en el cual quedamos atrapados.

Pero solo existe una realidad que esta implícita en la naturaleza, la cual dicta y ejecuta y a la que solo podemos someternos.

La paz implica la aceptación y es el único estado en el que no estamos en conflicto con el universo del que formamos parte y por lo tanto el único estado en el que no estamos en lucha con nosotros mismos. Esta realidad debe tener un origen, llamesele Dios, conciencia universal, energía consciente, casualidad, sea como sea todos estamos sujetos a ella.

Aunque el futuro no esta escrito, las cartas ya están echadas y de como las juguemos puede verse afectado.

¿Pero cual es la mejor manera de jugar a un juego? Simplemente disfrutando del mismo, sin que importe el resultado, si nos centramos demasiado la consecuencia seguramente no nos centraremos en el juego y cometeremos errores. Estamos aquí para jugar y divertirnos, al cuerno con las consecuencias, que al final para todos siempre va a ser la misma, pasar a un estado de conciencia diferente del que estamos ahora.

Diviértete, mantente en paz, ama este juego y a tus adversarios. haz que tu vida valga la pena.

viernes, 6 de febrero de 2015

La verdad sobre el trabajo

El ser humano siempre a trabajado, aunque sea inconscientemente, para su desarrollo, diversión, comodidad, conocimiento y para ello a creado métodos científicos que le permitan descubrir nuevas herramientas que le lleven a este fin, pero nos hemos desviado del camino.

Hemos creado una sociedad consumista, que nos dice que necesitamos tener muchas de esas herramientas para ser felices, grandes empresas crean métodos de producción masiva ofreciendo así trabajo y salarios para que esos trabajadores puedan seguir consumiendo todo tipo de productos.

¿Pero de veras nos lleva esto al objetivo por el que trabaja el ser humano?

 Muchos deducen que es bueno que la gente consuma, porque así otros pueden producir y tener trabajo a su vez y podría ser una deducción lógica. Si lo miramos desde otra perspectiva, pasamos la mayor parte de la vida trabajando para conseguir bienes que la mayoría de las veces ni siquiera necesitamos.

¿Es esa la mejor manera de invertir el tiempo que se nos ha dado? ¿Pero si no trabajamos que vamos a hacer, de que vamos a vivir, como vamos a ganar dinero?

El hombre siempre a concebido el trabajo como algo negativo, desde la biblia en la que Dios castiga al hombre a ganarse el pan con el sudor de su frente, hasta las civilizaciones en los que trabajaban eran los esclavos. ¿O acaso movió un solo dedo el faraón para llevar una piedra a las pirámides?

Bueno, antes de seguir, he de aclarar que no estoy en contra del trabajo, realmente lo que intento en este capitulo es separar el trabajo de la esclavitud, a la que muchos están atados sin saberlo, engañados por las grandes empresas que son las primeras interesadas en que todo siga igual. Si entendemos el trabajo como lo que nos dice la ciencia como aquellas acciones cuyo efecto inmediato es un movimiento, entonces eso no es pernicioso, pero si nos referimos al termino mas habitual de la actividad que desarrollamos para ganar dinero y con este único fin, eso es esclavitud.

Suelen visitarme unos testigos de jeovhá con los que proceso cierta simpatía por eso de promover el amor, la no violencia, la igualdad entre los hombres y predicar valores mucho menos perjudiciales que los políticos y aunque no estoy de acuerdo en algunas cosas los escucho con atención. Un día le pregunté a uno sobre el trabajo y me sorprendió su respuesta de que el trabajo dignifica y da valor al ser humano. Los testigos de jeovhá tienen la firme creencia de que algún día todos resucitaremos en la tierra convertida en paraíso, así que yo le dije, en el paraíso, yo no quiero trabajar, a lo que los dos nos reímos. Lógicamente me refería al trabajo convertido en esclavitud que tenemos hoy en día.

Lo que quiero decir, es que cuando realizamos una actividad, a la que no estamos atados, que podemos dejar de hacer cuando no nos apetezca y retomarla cuando estamos inspirados, eso no lo considero trabajo y sin embargo hay algunas personas que hacen exactamente esto para ganarse la vida y el caso es que se puede, solo hace falta darse cuenta que podemos vivir con mucho menos de lo que tenemos y dedicarnos a algo que nos motive de verdad, trabajar por algo en lo que creemos.

Yo trabajé muchos años en una empresa que hacían piezas para coches, muchas veces, durante los últimos años, me preguntaba para que servia todo aquello y la conclusión era, vengo a trabajar todos los días, para hacer piezas de miles de coches, para que miles de personas vayan a sus trabajos a trabajar todos los días. Era como ser un hammster de esos que no paran de dar vueltas en la rueda para llegar a un destino que nunca se alcanza.

A veces la motivación de la gente es trabajar para dar a los hijos lo que ellos no pudieron tener y eso nos lleva  a que esos padres nunca estuvieron completos porque piensan que pueden darle a sus hijos algo que les faltó en su vida. ¿Pero a que se refieren exactamente, a una educación mejor, un coche mejor, una mejor casa...? ¿No nos damos cuenta, que lo que necesitan nuestros hijos es que les enseñemos a ser felices con lo que sea que puedan llegar a tener?

Estamos inmersos en una carrera por crear esclavos que trabajen para el enriquecimiento de unos pocos que se mofan de nosotros en la sombra, que nos usan como pilas y nos desechan cuando ya estamos agotados, atrapados en una matrix, engañados por los que realmente dominan y manejan el mundo a su antojo y que no están precisamente en el Congreso de los Diputados.